Pensando en tu sonrisa, que empaña el parabrisas de mi ayer,
te recuerdo junto a mi y no quiero salir de allí.
Tus labios, dulce pecado que jamás cometí,
culpable de nada me hacen sentir.
Te recuerdo junto a mi y no quiero salir de allí.
Cada paso, cada sonrisa y cada beso, que nunca pedí,
hoy el pecho me ajusticia, tal cual si fuese ayer.
Con ansias viví mi 31, pero enero jamás llegó,
testigo fui cuando se alejó y con el, mi corazón entero se lo llevó.
Tus labios, dulce pecado que jamás cometí,
culpable de nada me hacen sentir.
Te recuerdo junto a mi y no quiero salir de allí.
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